jueves, 4 de septiembre de 2008
HABANA BLUES

La cosa va de... dos músicos de La Habana que intentan hacerse un hueco con su grupo, algo que parece posible cuando aparecen unos productores españoles que les garantizan instalarse en Madrid y lanzarles en el mercado español y latino. Mientras, la mujer de uno de ellos continúa con el divorcio y le anuncia que va a irse en una lancha a Miami, con los dos niños.
Lo mejor... las historias cotidianas de cubanos, que hacen que, cuando la película vuela a ras de suelo, parezca una película local. A años luz Gutiérrez Alea, pero en esa línea. Y las escenas tan bonitas del teatro, que en realidad no es habanero sino de Cienfuegos.
Lo peor... que Benito Zambrano no resulta tan fresco como en Solas y nos cuenta una película que sigue un esquema visto mil veces: un grupo de músicos que tienen la oportunidad de grabar un disco, pero se debaten entre sus ideales y hacer concesiones a la gran discográfica. Tiene estereotipos para aburrir, incluido el apartado musical, y es muy artificial y simplona cuando aparecen los productores catalanes.
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