domingo, 9 de noviembre de 2008
BREAKFAST WITH SCOT

La cosa va de... un ex jugador profesional de hockey y actual presentador de deportes que vive en los alrededores de Toronto con su novio. Su rutina cambia cuando se ven obligados a acoger temporalmente en su casa a un niño que acaba de perder a su madre y cuyo padre está en Brasil. La primera sorpresa para la pareja es comprobar que el pequeño tiene afición por las compras, el maquillaje, la crema de manos, el patinaje artístico, la ropa llamativa y los villancicos.
Lo mejor... que en todo momento resulta una película familiar amable y bien construida, utilizando un esquema tradicional para adaptarlo a una temática diferente. Ese es quizá su gran valor: aprovechar un tipo de cine muy manoseado para levantar una comedia más que digna.
Lo peor... la escasa química de la pareja protagonista -la película tampoco va de eso- y la tendencia a la utilización de arquetipos, lo cual ayudará a un mayor alcance fuera de los circuitos homosexuales, pero resta un ápice de autenticidad. Atención también al tráiler: el proyectado en el LesGaiCineMad desvela detalles importantes del final.
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