viernes, 7 de noviembre de 2008
OTTO; OR UP WITH DEAD PEOPLE

La cosa va de... Otto, un zombie gay que acaba de salir de la tumba y que deambula por las carreteras alemanas, sin recordar apenas nada de su pasado, sin rumbo y sin saber qué ocurrió con su vida y su muerte. Haciendo autostop consigue llegar a Berlín, donde se une al equipo de una película político-porno-zombie de bajo presupuesto.
Lo mejor... el tono melancólico que recorre la historia de Otto, el ecosistema creativo que Bruce LaBruce construye a su alrededor y el toque autoparódico, con una directora petulante en busca de la trascendencia y la profundidad absoluta. No hay sangre y semen suficiente como para que salpique y la película va de otra cosa. Un precioso ejercicio de estilo y de fondo.
Lo peor... que el siempre acechante fenómeno del gafaplastismo (anticapitalista o no) quiera ver en ella las caras de Bélmez. Eso, y que su paso por la sección Panorama de la última Berlinale se saldara con varios ataques feroces desde la crítica. Que a nadie eso le eche para atrás: merece la pena.
☼☼☼☼
Suscribirse a Entradas [Atom]