jueves, 25 de diciembre de 2008
LA GRAN AVENTURA DE MORTADELO Y FILEMÓN

La cosa va de... que por culpa de la ineptitud de los agentes secretos Mortadelo y Filemón, un ladrón ha robado el Desmoralizador de Tropas inventado por el profesor Bacterio y pretende venderlo al dictador de la República de Tirania, que quiere invadir Inglaterra para recalificar el Palacio de Buckingham y hacer bloques de apartamentos. En un principio, el agente Freddie Mazas es el encargado de investigar el caso, lo que provoca los celos de los dos agentes.
Lo mejor... el ritmo, que hace que las deficiencias de la película (que las tiene, y muchas) queden algo disimuladas y no aburra. Los logrados efectos especiales permiten además reproducir muy bien momentos del cómic de Francisco Ibáñez. Quedará para los restos como la última aparición en la gran pantalla de uno de los secundarios más carismáticos del cine español: Luis Ciges.
Lo peor... busca ante todo el 'gag' facilón y el impacto visual, y se nota demasiado. No hubiera estado mejor buscar un primer Mortadelo capaz de vocalizar y de no hablar como un retrasado mental. La licencia artística de convertir a Rompetechos en nostálgico franquista también es pelín gratuita e infiel con el original. Es bastante endeble, pero fue un gran éxito de taquilla en su momento, algo que siempre es muy importante en una cinematografía pequeña para facilitar que se puedan hacer otras películas (mejores).
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