miércoles, 18 de febrero de 2009
UNA PALABRA TUYA

La cosa va de... dos mujeres que están un poco solas y que se reencuentran por casualidad, después de no haberse visto desde los años del colegio. Una vive con su madre, que está perdiendo la cabeza, y trabaja como limpiadora en un banco del centro de Madrid, mientras que la otra recorre las calles de la ciudad con el taxi de su tío. Poco después, las dos se quedan en el paro y, ante la falta de perspectivas para salir adelante, aceptan una oferta de una contrata de limpieza para trabajar como barrenderas del Ayuntamiento.
Lo mejor... el giro dramático que cambia el rumbo de la película. No es que sea prodigioso, pero en los minutos anteriores hay momentos pelín anodinos que hacen que el asunto sobresalga especialmente. Tanto Malena Alterio como Esperanza Pedreño están correctas, aunque en el segundo caso habrá que ver si la muchacha tiene más registros, que parece que no...
Lo peor... el exceso de gonzalezsinderismos, con cierta tendencia a la grandilocuencia y los sentimientos forzados, aunque en esta ocasión el trabajar un material de Elvira Lindo salva algunas situaciones por el toque de humor costumbrista. Chirría demasiado ese juego entrelazado de traumas y problemas psicológicos y cómo perjudican al desarrollo de los afectos, con un tratamiento a un nivel tan superficial como los consejos de un consultorio de revista (barata). Por cierto, la familia González-Sinde afronta la crisis con optimismo: el ayudante de dirección comparte apellido compuesto con la directora/guionista/presidenta de la Academia.
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