jueves, 12 de marzo de 2009
GHOST TOWN

La cosa va de... un dentista que se somete a una intervención quirúrgica en la que muere durante siete minutos, antes de ser reanimado. Desde entonces tiene un poder: puede hablar con 'fantasmas' que han quedado en este mundo a la espera de resolver unos asuntos pendientes que les atan a este mundo. Uno de sus vecinos, fallecido en un accidente de tráfico, contacta con él para que evite que su viuda contraiga matrimonio con un atractivo abogado que trabaja en labores humanitarias.
Lo mejor... el toque clásico de comedia ectoplásmica y las bellísimas imágenes otoñales de Manhattan. Aunque para eso, mucho mejor recurrir respectivamente al Blithe Spirit de David Lean o a Woody Allen.
Lo peor... que David Koepp está torpe en un género al que no está acostumbrado, después de dedicar la mayor parte de sus esfuerzos a la acción y el suspense. La sensación de déjà vu está presente desde el primer fotograma y la capacidad de sorpresa ni está ni se le espera. No llega a entretener, su principal objetivo, y falla en los puntos clave, incluida la improbable química entre Ricky Gervais y Téa Leoni. Quien se lo crea, que se lo haga mirar.
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