domingo, 22 de marzo de 2009
NADIE HABLARÁ DE NOSOTRAS CUANDO HAYAMOS MUERTO

La cosa va de... una prostituta alcohólica que, por cosas de su trabajo, se ve inmersa en un enfrentamiento entre dos gángsters y dos policías corruptos en México. Tras ello es repatriada a España, donde va a casa de su suegra, un ex presa comunista que desde que ella se fugó ha estado pagando la hipoteca y cuidando a su hijo, un torero que quedó en estado vegetal tras la cogida de un toro. La recién regresada se ha traído de México algo valioso: unos documentos con la lista de establecimientos, también en Madrid, donde el grupo mafioso blanquea el dinero.
Lo mejor... que es uno de los thrillers más completos y angustiosos de los rodados en España en las últimas décadas. Una esperanzadora opera prima, llena de fuerza y frescura, que hacía presagiar una gran carrera para Agustín Díaz Yanes, que luego no ha estado a la altura de lo que prometía. La interpretación de Victoria Abril es realmente memorable y es sin duda uno de sus mejores papeles (¿el mejor?).
Lo peor... cierta tendencia a los arquetipos en los personajes principales, tanto el protagonista como en su suegra comunista o el asesino con problemas de conciencia. Demasiados esquemas, demasiados trazos gruesos, pero son meros detalles ante el valor de todo lo demás.
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