Ya no queda ni París - Películas

La cosa va de... un cincuentón con poca afición (parece) a trabajar y que vive con su caprichosa madre en una zona del centro de Roma. En pleno agosto, con gran calor, le ofrecer pagar parte de sus numerosas deudas si se queda al cuidado de la madre del administrador de su edificio. Finalmente tendrá que compartir ese fin de semana de la Asunción con cuatro ancianas, ya que también se sumará la tía del administrador y la madre de su médico.

Lo mejor... el acierto de contar con actrices ancianas no profesionales, ya que se consigue un punto de naturalidad y autenticidad bastante interesante.

Lo peor... que es una película que ya nació envejecida y que confunde la orientación a un público presumiblemente maduro con una tendencia innata a la naftalina y a lo rancio. En su descargo está la breve duración, lo cual rebaja la gravedad del atentado, pero aún así es, ante todo, aburrida y totalmente intrascendente. En el último Festival de Venecia cometieron la italianada de elegirla como mejor opera prima, lo cual tiene su punto curioso porque el debutante es además el actor protagonista y tiene casi sesenta años. Ningún interés.

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