Ya no queda ni París - Películas

La cosa va de... una fotógrafa francesa que vive en Nueva York y que está saliendo con un diseñador de interiores estadounidense. Han pasado unas vacaciones en Venecia y, de regreso a casa, deciden parar dos días en la ciudad de ella, París. Desde el primer momento, él se muestra a la defensiva ante una gente que actúa de forma rara y a la que no entiende, especialmente ante los padres de ella, una pareja algo grotesca que ha cuidado al gato de la pareja durante las vacaciones. Además, las catacumbas están cerradas y quiere visitar la tumba de Jim Morrison el cementerio de Père-Lachaise aunque no le gustan The Doors.

Lo mejor... la capacidad de aplicar la ironía a muchos de los estereotipos que circulan de forma generalizada sobre los franceses. Es una película muy agradable, divertida por momentos y que deja al final una reflexión sobre la pareja y la dinámica de las relaciones que cada uno debe rumiar. París está muy bien rodado y tiene diálogos realmente buenos, sobre el sexo, Bush, El Código Da Vinci o la amenaza terrorista. 

Lo peor... una cierta sensación de 'quiero ser Woody Allen y no llego' por parte de Julie Delpy, aunque también se nota la huella de Richard Linklater. Más allá de eso, el resultado no es magistral, pero sí bastante satisfactorio.