martes, 5 de mayo de 2009
LOLA RENNT

La cosa va de... una niña pija que juega a ser de lo más alternativa y que tiene un novio buenorro a la par que malote, y que trabaja haciendo trapicheos. El muchacho, que debe follar muy bien, no es especialmente inteligente, y tras una operación con drogas y todo eso, se deja el dinero (100.000 marcos) olvidados en un vagón de metro, donde lo encuentra un vagabundo. Ante la perspectiva de que sus jefes, más malotes aún, le peguen un tiro en la frente, llama a su novia y le dice que en veinte minutos va a atracar un supermercado.
Lo mejor... que más de diez años después de su estreno sigue siendo fresca y totalmente innovadora, y eso no hay muchos que lo puedan decir. El ritmo es ágil y la estructura narrativa es uno de los grandes pilares de una historia que no deja resquicio para tomar aire y que envuelve al espectador en una carrera contrarreloj tan forzada como emocionante. Sirvió además para dar a conocer internacionalmente a Franka Potente, la chica de la estupenda saga Bourne, y para lanzar al morbosísimo Moritz Bleibtreu. Un divertimento de calidad, comme il faut.
Lo peor... que en la parte final el elemento sorpresa ya se ha perdido, y tan sólo interesa cómo se llega a un final que se ve venir desde lejos.
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